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Almería, lugar de paso.

Ensayo expositivo sobre la historia de la ciudad de Almería.


Almería, al Sur de la Península Ibérica, no es especialmente una de las ciudades más reconocidas a nivel nacional. A veces ha pasado desaperciba ¿Quizá por su tamaño? ¿Quizá por su ubicación? O simplemente quizás por no ser un destino afamado anteriormente. Aunque en la actualidad, podemos decir que la implicación de las Administraciones Públicas han hecho de esta ciudad, digna como cualquier otra, de un gran desarrollo y crecimiento que se hace ver de forma notable en el aumento de su población, en la llegada de turistas, en el avance de las tecnologías, en su posición en el mercado comercial…etc. Pero sin duda, se ha tratado desde tiempo inmemoriales de un lugar de paso de muchas e importantes civilizaciones.


Prueba de ello fueron las civilizaciones de fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos, entre otras, que escogieron este pequeño punto del mapa para dejar sus huellas del pasado en forma de monumentos, vestigios, legados, tradiciones y costumbres.


Si empezamos hablando de los Fenicios, civilización de la antigua región del Oriente Próximo, que fundaron en el siglo VIII a.c la ciudad de Abdera (el actual pueblo de costa llamado Adra en el poniente almeriense) y la ciudad de Baria (pueblo también de costa en el extremo opuesto en el levante de la provincia llamado Villaricos), podemos descubrir la gran relevancia de ambas ciudades las cuales fueron los centros comerciales y pesqueros más importantes de aquella época y quienes mantenían a su vez contactos con navegantes griegos.

Hacia el año 209 a.c, los cartagineses se hicieron con el control de las poblaciones y mercados comerciales de la civilización fenicia y cuyo pueblo posteriormente cayó en manos del Imperio Romano.

Los romanos fueron quienes hicieron de la ciudad de Almería - Portus Magnus – uno de los puertos más prestigiosos de la famosa Hispania refortaleciendo el comercio especialmente de pescado y especias en tal periodo histórico. A día de hoy se conservan salinas y factorías de salazón de esta época dorada en el propio Parque de Nicolás Salmerón, nombre actual de uno de los enclaves principales de la capital, en las inmediaciones del puerto de la ciudad. También podemos encontrar restos de estos vestigios romanos en la Playa de Torregacía a unos 20 kilómetros aproximadamente al Este de la capital.


Pero la historia más renombrada y de mayor apogeo de Almería comienza con la ocupación musulmana hacia el año 713 d.c a manos de los pobladores de origen bereber y árabe yemení cuyo paso aportaron una remodelación del paisaje y métodos agrícolas tal y como hoy se hacen notar en la vida común de la urbe. Haciéndose esta civilización con el control total de la ciudad, su capital se asentó en la presente localidad de interior llamada Pechina y cuyos asentamientos se extendieron posteriormente hacia la costa formando allí la nueva capital musulmana – Al Mariyyat Bayyana(nombre del que procede Almería). Su mayor patrimonio histórico-monumental es el legado de la Alcazaba cuya construcción hoy es una de las imágenes más representativas de la ciudad.


La construcción de la Alcazaba se inició a finales del siglo X por el Rey musulmán Abderramán III y finalizó con el Rey Hayrán hacia el siglo XI. Cuenta con tres recintos amurallados y uno de los cuales fue erigido más tarde por los Reyes Católicos tras la conquista cristiana del reino musulmán. No sólo fue una construcción con fines de defensa, sino que también fue residencia real; testimonio de ello es el palacio de Al-Mutasin que hoy permanece en pie con todas sus estancias, baños e incluso una mezquita convertida en iglesia por los cristianos desde finales del siglo XV.


La Alcazaba de Almería como Bien de Interés Cultural es declarada como monumento histórico-artístico en el año 1931 y además pertenece al Tesoro Artístico Nacional como aparece publicado en la Gaceta de Madrid en ese mismo año por su valor histórico, arqueológico y artístico. Tiempo después, en el año 1989, se crea el Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería como unidad administrativa dependiente de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de Almería.


Sus mil años de historia nos han permitido conocer la evolución experimentada de la arquitectura civil y militar durante la ocupación musulmana en Andalucía y así como el origen y evolución de la metrópolis almeriense.


El primer recinto del monumento fue campamento militar y refugio para la población en caso de asedio, y además, contaba con excelentes aljibes para la recolección de agua.

El segundo recinto está separado por el Muro de la Vela, llamado así porque allí se levanta la campana de la vela que anunciaba la llegada de barcos a la bahía, peligros, fuegos, ataques... y otras adversidades. Este muro fue mandado a construir por el rey cristiano Carlos III, y además, después la campana se utilizó para marcar la hora de las aguas de los regantes de los campos de extramuros, como toque de queda y como cierre de las puertas de las murallas y salida de las patrullas. La campana se llama Santa María de los Dolores ya que todas las campanas cuentan con nombre propio. Este segundo recinto se utilizaba como residencia de los gobernantes, guardias y servidores.


El tercer recinto en la parte más occidental es de época más moderna y se conserva mucho mejor. En él se eleva un castillo construido por los Reyes Católicos adaptado a las necesidades militares y a la artillería del momento. En este castillo destaca su gran Torre del Homenaje que tenía también carácter residencial.


Por último, todo el conjunto se rodea por la fortificación de las Murallas del Cerro de San Cristóbal, tratándose de una línea defensiva compuesta por varias torres protegiendo todo el recinto de los asaltos e invasiones.


Como ocurre en la mayoría de las ciudades antiguas, los habitantes residían a intramuros del perímetro. Aquí se generaba un verdadero hervidero bullicioso de vida social, económica, militar y política.

En este mismo interior se encontraba el zoco o lugar de encuentro en el que se exponían las tiendas de mercado de frutas, especias, hortalizas, carne, tejidos… y puestos de oficios como los de orfebrería y cerámica; sucediéndose aquí un lugar frenético de tránsito.

Las viviendas de las clases sociales musulmanas más bajas también se situaban en el interior amurallado. Eran austeras y sobrias en el exterior pero el interior podía constituirse como un refugio de confort y paz, ya que generalmente la distribución de las distintas estancias de la casa se extendían en torno a un patio central abarrotado de flores, fuentes o albercas si la familia se lo podía permitir, y árboles aromáticos como el naranjo o el limonero. El mobiliario de la casa era sencillo compuesto por algunos arcones, mesas y esteras y alfombras tupidas de lana con diseños de lacerías o mosaicos típicos de la cultura árabe.


En cuanto a la gastronomía musulmana se puede decir que era bastante variada y aromática, como sigue siendo hoy día. Las mujeres eran quienes se dedicaban a la cocina, y para ello elaboraban cuidadosamente y con esmero dulces como alfajores de almendras, pestiños, albóndigas de cordero o pollo con comino, gachas de carne y sémola, cuscús, empanadas de guisantes y merluza, pescado al cilantro verde o berenjenas rellenas, entre otros manjares.


Sin duda se trata una civilización que ha dejado su presencia impregnada en la sociedad actual de la población Almeriense. De esta cultura, se han heredado importantes formas o estilos de vida, costumbres e incluso creencias, además de valiosas herencias literarias y conocimientos pedagógicos. Como ejemplo tenemos muchos platos típicos gastronómicos ricos en especias, frutas y hortalizas del mediterráneo, la arquitectura civil como puentes, canalizaciones hidráulicas…, la artesanía como jarapas y cerámicas… y procesos y hábitos agrícolas como cultivos de frutas y hortalizas… que hoy día tiene su arraigo en esta civilización.


Por todo podemos comprender por qué o de dónde deriva tal tradición o tal estilo de vida, tal manera de construir o tal forma de guisar que a veces nos parece tan lejana en el tiempo pero que tiene su explicación y origen como podemos observar a través de los distintos legados históricos.


La importancia de conocer la procedencia histórica de una ciudad, pueblo o civilización es primordial y básica entre las personas para saber de dónde venimos y cuál es la raíz de nuestra cultura; para poder actuar en consecuencia en la protección y preservación de la misma y que es el símbolo de identidad de las distintas comunidades de los seres humanos.


Para despedirnos de este paseo musulmán lo haremos con un proverbio árabe y un pensamiento de Mahoma.


Proverbio árabe: “Se ha ido aquel tiempo con su gente, y ha venido este con su pico”.

Significado: “Cualquier tiempo pasado fue mejor”.


Pensamiento de Mahoma, profeta del islam: “Hay una recompensa por la bondad de cada vida humana o animal”.


Autor/redactor: Eva Castillo

Website: http://hablamosdeturismo.wix.com/hablamosdeturismo

Bibliografía:

http://www.liceus.com/cgi-bin/gba/0207.asp

http://almeriapedia.wikanda.es/wiki/Alcazaba_de_Almer%C3%ADa

http://www.andalucia.org/es/turismo-cultural/visitas/almeria/monumentos/alcazaba-de-almeria/

http://es.wikipedia.org/wiki/Fenicia

http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Almer%C3%ADa

http://www.arabespanol.org/cultura/proverbios.htm

http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/mahoma.html

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